
Imagen tomada de www.canva.com
Me asombra ver cuántos caminos apuntan hacia la misma experiencia, algo que hasta ahora no habíamos sabido ver. Estamos tan profundamente dormidos que, a pesar de las numerosas señales que nos llegan, no hemos sido capaces de entender qué mensaje se esconde en cada experiencia que vivimos. Lo único que hacemos es entrar en el juego del ego, de los juicios y del victimismo. Nos quejamos, lamentamos y culpamos al exterior de nuestro infortunio y esto nos hace sentir víctimas, de la relación con la pareja, la familia o el gobierno, cuando en realidad es el resultado de nuestra proyección.
A lo largo de la historia de la humanidad, se nos han enviado el mismo mensaje a través distintos personajes de la historia, como Jesús, Buda, Krishna e incluso, a través de otras religiones, como el Hinduismo, se nos ha dado el mensaje para que despertemos de este «sueño feliz» o infeliz en el que estamos. Pero no lo hemos sabido interpretar.
El libro Un Curso de Milagros ha sido para mí como un despertar de la conciencia, más allá de un simple despertar, de un sueño que para mí era como estar en una pesadilla. Intuía que tenía que haber otra forma de vivir que no fuera llena de dolor ni sufrimiento, pero no entendía nada. Lo único que sentía era dolor, culpa y miedo. Ni siquiera sabía nada sobre el crecimiento personal.
Hoy puedo decirte que sí, que hay otra manera de vivir esas crisis o momentos de dolor. Algunos son inevitables, pero lo importante es nuestra capacidad para observar y aceptar la situación, sin importar cuál sea. Ya sea relacionado con la salud, la pareja, la familia, una pérdida o temas de dinero. Se trata de entender qué podemos hacer con ese momento de dolor. No se trata de reprimir las emociones, sino de saber cómo gestionarlas y no quedarnos atrapados en el papel de víctimas o verdugos.
Las cosas no ocurren por casualidad, ni las personas que llegan a nuestras vidas son casuales. Las casualidades no existen. Puedo decirte que todo es perfecto cuando comprendes cuál es el origen o la causa. Por eso insisto en que debemos cuidar cómo nos tratamos a nosotros mismos, cómo cuidamos nuestros pensamientos. Siempre estamos proyectando y luego no entendemos por qué nos sucede lo que nos sucede. Una herramienta que puede brindarnos recursos que nos brinda el curso (UCDM) para alcanzar la paz y conectarnos con el amor que ya somos, pero que hemos olvidado, es el perdón.