“CULPARSE A UNO MISMO ES IDENTIFICARSE CON  EL EGO.”

Imagen tomada de www.canva.com

Uno de los obstáculos más comunes es la tendencia a culparnos a nosotros mismos cuando las cosas van mal. Los desafíos se pueden presentar de diferentes formas ya sea en nuestra relación de pareja, o problemas en el trabajo o dificultades personales, siendo  la voz crítica interna la que nos susurra y señala con el dedo para decir, «esto es por tu culpa».

Esta tendencia a culparse a uno mismo es una trampa del ego, y aquí te explicare por qué.

El ego, como lo enseña Un Curso de Milagros (UCDM), es esa parte de nuestra mente que se identifica con la separación y la individualidad. Es el narrador interno que constantemente nos juzga y critica. El ego se alimenta de la culpa y el miedo, ya que estos son los pilares de su existencia.

Cuando nos culpamos a nosotros mismos, estamos cayendo en la trampa del ego. Estamos permitiendo que esa voz crítica interna nos domine y nos haga creer que somos los únicos responsables de nuestras luchas y desafíos. Esto nos mantiene atrapados en un ciclo destructivo de autodesprecio y auto juicio.

La realidad es que la culpa no es constructiva ni sanadora. Culparse a uno mismo no resuelve los problemas ni mejora las circunstancias. En cambio, nos atrapa en una espiral descendente de negatividad que socava nuestra autoestima y nuestra capacidad para encontrar soluciones.

UCDM nos enseña que el perdón es la clave para liberarnos de la culpa y el autojuicio. Pero este no es un perdón superficial que busca excusar nuestras acciones. Más bien, es un perdón profundo que reconoce que no sabíamos lo que hacíamos. Reconocer que somos seres humanos imperfectos y que todos cometemos errores.

Cuando nos perdonamos a nosotros mismos, liberamos la energía que estaba siendo consumida por la culpa y el autojuicio. Desde la aceptación, de que ese era nuestro nivel de consciencia y que no lo supimos hacer mejor, pero no voy a castigarme, sino que lo voy aceptar desde la comprensión y la compasión hacia nosotros mismos. Con lo cual nos estamos permitiendo aprender y crecer a partir de nuestras experiencias en lugar de ser paralizados por la culpa.

En lugar de culparte a ti mismo, practica la autoaceptación. Reconoce tus errores y fracasos como oportunidades de aprendizaje. Trátate a ti mismo con la misma amabilidad y compasión que ofrecerías a un ser querido que estuviera pasando por un momento difícil.

Recuerda que eres mucho más que tus acciones y que tu valía no está determinada por tus errores. Eres un ser espiritual en un viaje de crecimiento y evolución. La próxima vez que sientas la tentación de culparte a ti mismo, detén esa voz crítica y elige la autoaceptación y el perdón. Estás en el camino hacia la liberación del ego y la experiencia de una paz y amor más profundo.

A medida que practicas la autoaceptación y el perdón, te vuelves más consciente de las voces críticas internas y cómo operan en tu mente. Comienzas a reconocer que esas voces no son realmente tú, sino el ego tratando de mantenerte atrapado en la ilusión de la separación y la culpabilidad.

UCDM dice:

“Dios no me ha condenado. Por lo tanto, yo tampoco me he de condenar”

Padre, estaba equivocado con respecto a mí mismo porque no reconocía la fuente de mi procedencia. No me he separado de ella para adentrarme en un cuerpo y morir. Mi santidad sigue siendo parte de mí, tal como yo soy parte de ti. Mis errores acerca de mí mismo son sueños. Hoy los abandonó. Y ahora estoy listo para recibir únicamente tu palabra acerca de lo que realmente soy.

Una de las lecciones centrales de la UCDM es que el amor es la fuerza de sanación más poderosa. Pero este amor no solo se aplica a amar a los demás, sino también a amarte a ti mismo, a través del:

  • Amor propio, puedes liberarte de la culpa y la identificación con el ego.
  • Encuentra momentos para tratarte con gentileza y compasión. 
  • Practica el amor propio todos los días. 
  • Reconoce tus logros y celebra tus éxitos, por pequeños que sean. 
  • Recuerda que mereces amor y aceptación, incluso cuando cometes errores.
  • Cero juicios, cero autocondena, cero autocastigo. 
  • Concédete una de tregua a la voz crítica interna y observa cómo cambia tu experiencia de vida. 
  • Permítete la libertad de ser imperfecto y aprende a abrazar tus errores como oportunidades de crecimiento.

Recuerda que el amor propio y el perdón son las claves para liberarte de la trampa del ego. Cuando dejas de culparte a ti mismo, te abres a la experiencia de la paz y la alegría que nos habla UCDM. ¡Tú mereces ese regalo!

 ¿Listo para liberarte de la trampa del ego y abrazar el amor propio? Únete a nuestra comunidad y descubre las enseñanzas de Un Curso de Milagros. ¡Comienza tu viaje hacia una vida sin juicios y llena de amor!