tendemos a etiquetar ciertos eventos como «casualidades» cuando, en realidad, están interconectados por una serie de causas y efectos que quizás no podemos ver de inmediato. Estas causalidades son como hilos invisibles que tejen el tapiz de nuestras vidas, y solo cuando retrocedemos y observamos en retrospectiva, podemos comenzar a comprender cómo todas las piezas encajan perfectamente.